Nos damos un paseo por el tercer barrio de Requena, un barrio con sabor antiguo, de casas de barro y piedra, de paredes de blanco encalado. El sabor que siempre hemos visto en ella va cayendo día a día, las ancestrales casas caen , y se sustituyen por nuevas de ladrillo visto.
Antiguas murallas la rodeaban, fue sitiada en el S XVIII durante la Guerra de Sucesión de Felipe V, y muchas veces más durante las cruentas Guerras Civiles Carlistas del S XIX, y aún quedan rastros de ellas próximas al desaparecido Pozo de la Nieve.
Un barrio con mucha historia, un barrio de amistad. Sus casas fueron edificadas encima de la roca, sus calles tenían escaleras labradas en la piedra, muchas cuevas escondían bodegas bajo el subsuelo, y antiguos túneles la cruzaban de norte a sur hasta llegar a la Fortaleza de La Villa.
Ese sabor a casas sobre la roca está desapareciendo, las viejas casas caen, sólo sobreviven las modernas, ya quedan pocas tiendas de barrio, no hay panaderías. Quien vive en La Peñas es el Peñero, el que ama a su barrio, el cofrade de San Sebastián, cuyos sentimientos tienen siglos.
¿Por qué no hablamos del Barrio de La s Peñas?, ¿es un barrio olvidado? Pienso que el Barrio de Las Peñas debía ser tenido más en cuenta. Debe ser considerado como un barrio con vida, con alma requenera, debe ser cuidado y mimado, preguntarnos qué es lo que necesita para seguir siendo lo que es, y que no se nos olvide que existe.
El sabor de Las Peñas es puro Requena, no lo olvidemos.
Fdo.: Javier Jordá Sánchez, Secretario de Estudios y Programas del PRyA